La concejala Carolina Medalla Alcayaga expuso en los puntos varios la crítica situación que atraviesa el pequeño Maxi.
En una jornada cargada de emoción, los concejales de la comuna de Arica fueron testigos de un conmovedor relato de esperanza y angustia, luego de que la concejala Carolina Medalla Alcayaga expusiera la crítica situación que atraviesa el pequeño Maxi Contreras, un niño que actualmente se encuentra en Roma, Italia, recibiendo tratamiento médico debido a su grave estado de salud.

En medio de los puntos varios de la sesión del Concejo Municipal, se dio a conocer que Maxi padece de un daño neurológico y hepático severo que lo mantiene en riesgo vital, lo que ha obligado a sus padres a hacer un urgente llamado a la solidaridad de la comunidad ariqueña.
El delicado estado de salud de Maxi, que incluye la necesidad de un trasplante de hígado, ha puesto a sus padres en una carrera contrarreloj para conseguir los recursos y apoyos necesarios para salvar la vida de su hijo. La angustia de los padres es palpable, ya que, a pesar de los esfuerzos médicos en Roma, el riesgo sigue siendo crítico y las posibilidades de supervivencia dependen en gran medida de la pronta realización del trasplante. En este contexto, el llamado de los padres no solo busca concientizar sobre la situación de Maxi, sino también solicitar el apoyo de las autoridades y la ciudad.
A través de un mensaje cargado de emoción, la concejala Medalla destacó la importancia de la unidad y la solidaridad en momentos de crisis, invitando a todos los ariqueños a sumarse a la causa de Maxi. «Creo que las palabras de Cristóbal fueron claras, fueron palabras al hueso, muy sentidas y era para que la comunidad en general y los actores políticos nos enteráramos que Maxi aún está con vida, aún está dando la lucha, está en una situación crítica, en riesgo vital”, indicó Medalla.
A ello agregó que, “la familia de Maxi nos necesita más que nunca, el papá de Maxi dijo algo muy cierto, “Nadie está libre”, por lo tanto, todas las personas que puedan ver esta nota los invito a que se pongan la mano en el corazón, ellos están a muchos kilómetros de distancia por lo que necesitan a todos los ariqueños y ariqueñas que puedan ayudar en esta oportunidad”, sentenció la concejala.
A medida que la situación de Maxi se vuelve más crítica, la esperanza se mantiene viva en la comunidad, que se ha unido para luchar por la vida del pequeño y hacer todo lo posible para ayudar a su familia en este momento tan difícil. La solidaridad se ha convertido en la luz que, aunque tenue, sigue guiando el camino de Maxi.