¿Los antiguos habitantes del norte de Chile, a lo largo de la región del Desierto de Atacama, utilizaron manganeso para la pintura de color negro en la cerámica? Si es así, ¿cuál fue la concentración de este mineral durante los diferentes períodos culturales y cómo se correlacionó con otros elementos químicos? ¿Cuáles fueron las posibles rutas de exposición humana durante estos períodos de tiempo?
Estas y otras interrogantes fueron esclarecidas por una investigación (https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2024.104955) encabezada por el doctor Bernardo Arriaza y financiada por el Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt, ANID-Chile) bajo la subvención 1210036.



El uso de cromóforos negros, o compuestos químicos coloreados, en la alfarería del periodo post-Formativo (900 d.C. en adelante) es recurrente en la cerámica del norte de Chile. Sin embargo, los componentes químicos de estos y, por lo tanto, las posibles repercusiones para la salud de los alfareros durante la fabricación de vasijas son desconocidos.
En este sentido, en esta investigación, analizaron las manchas y pinturas negras en vasijas de varios períodos en el norte de Chile -especialmente de Arica-, para evaluar la presencia de manganeso, un mineral que puede ser altamente tóxico para los humanos, particularmente, a través de la inhalación de partículas y humos.
Arriaza -investigador del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá, y, actualmente, realizando una pasantía de investigación en Dumbarton Oaks, Washington, D.C.- señaló que “los estudios no destructivos de este tipo, permiten cuantificar los riegos potenciales de los ceramistas, en la antigüedad, al trabajar con pigmentos minerales potencialmente tóxicos”. Y agregó que “cabe señalar, que el manganeso se encuentra de forma abundante en la costa y era de fácil extracción”.
Por su parte, Sebastián Vivanco, uno de los coautores de la investigación, aseguró que “la arqueometria y los análisis no destructivos utilizando pXRF (fluorescencia de rayos-X portátil) son muy rápidos y permiten cuantificar múltiples elementos. Además, este tipo de estudios mantiene la pieza intacta, no la daña”.
Los investigadores encontraron que todas las cerámicas de Arica que presentan decoración con pintura negra es efectivamente manganeso, con un promedio de concentración de 19,8% y un rango máximo de 42%.
Otros elementos presentes en la pintura de manganeso fueron el hierro y el cobalto con promedios de 65,79% y 3,43% respectivamente. Los investigadores concluyeron que la minería de manganeso, para la ornamentación de las vasijas, expuso a las poblaciones que habitaron en el norte del país, en el periodo post-Formativo, a riesgos de salud durante toda la cadena de extracción, procesamiento y preparación de pigmentos de este mineral.
Además, las actividades de pintado y cocción de las vasijas ornamentadas con manganeso, probablemente, conllevaron un peligro ocupacional adicional y colocaron a las poblaciones antiguas del norte de Chile en riesgos para la salud debido a la inhalación de polvo de este mineral y la exposición a humos tóxicos durante el proceso de cocción de la cerámica.