“Es una buena noticia que el subsecretario llegue aquí y ofrezca poner a disposición todo lo que sea necesario. Pero más allá de la buena voluntad, esto tiene que verse reflejado en un compromiso real y en una solución concreta”, sostuvo Bastian Ramos, alcalde subrogante de Camarones. Advierte sobre la necesidad de agilidad en los procesos, un reclamo constante: «Que el subsecretario esté aquí es una buena señal, pero necesitamos ver respuesta frente a la crisis.»
La emergencia provocada por los deslizamientos en la Cuesta de la Cultura Chinchorro ha sumido a sus habitantes en una situación de extrema incertidumbre. Han pasado ya seis días desde que los derrumbes bloquearon la Ruta 5 Norte, interrumpiendo la principal vía de conectividad entre esta región del norte de Chile y el resto del país.
A pesar de los esfuerzos iniciales y la llegada del subsecretario de Obras Públicas, el alcalde subrogante de Camarones, advierte que la crisis está lejos de resolverse, dejando claro que la llegada de autoridades no es suficiente si no se acompaña de acciones concretas.
Urgencia
“Voy a estar conforme cuando sepamos cuál va a ser la solución definitiva, ahí va a haber tranquilidad”, declaró Ramos, Agradeció la presencia del subsecretario en terreno, pero recalca que es vital que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) disponga de todos los recursos necesarios para solucionar la emergencia en dos niveles: una respuesta inmediata que restablezca la seguridad vial y una estrategia a largo plazo que contemple una ruta alternativa en caso de futuros deslizamientos”.
“La Dirección Regional de Vialidad debería tener claridad sobre si se puede hacer o no una senda de penetración”, insiste Ramos. Sin embargo, el retraso en la evaluación técnica refleja la limitada capacidad de respuesta de los órganos técnicos competentes regionales y la necesidad de recurrir al gobierno central para resolver el problema”, señaló.
Peligro y la incertidumbre
El panorama es sombrío: la seguridad de los habitantes y viajeros sigue en juego. Según Ramos, las condiciones en la cuesta no garantizan la protección de las personas. “Ayer transité con mi equipo a las once y media de la noche. No hay ninguna iluminación en el sector. Cien personas caminaban por donde los desprendimientos son inminentes”, relata con preocupación. La falta de medidas de seguridad es inaceptable, y aunque el trabajo de Carabineros ha sido impecable, es necesario reforzar con mayor personal.
“Creemos que acá es necesario tomar medidas extraordinarias”, enfatiza, señalando la urgencia de reforzar la seguridad vial y evitar una tragedia.
Las comunidades afectadas
Más allá de la cuestión técnica, la situación ha puesto a los residentes de localidades de Caleta Camarones y Cuya en una posición compleja. A la fecha los niños no pueden asistir a clases por el peligro que representa transitar por la cuesta. Ramos, explica que las comunidades están con la inseguridad de un aislamiento inminente: “¿Cómo les aseguramos la alimentación? ¿Cómo les aseguramos que continúen con su proceso educativo?”. Las preguntas quedan en el aire mientras la incertidumbre sigue afectando a los habitantes de Caleta de Camarones, que también ven comprometida su subsistencia, ya que no pueden sacar sus productos a Arica para venderlos, misma situación respecto de los comerciantes de Cuya en relación al abastecimiento desde la capital regional.
Este bloqueo, por tanto, no es solo un problema de infraestructura, sino una de una problemática social que afecta la vida cotidiana de Cuya y Caleta Camarones.
Capacidad de respuesta
La solicitud de Ramos es clara: se necesita una solución a corto plazo que mitigue los riesgos mientras se trabaja en una estrategia definitiva. “Necesitamos que el subsecretario de obras públicas comprenda que esto es una urgencia. Que ponga a su equipo a trabajar lo más rápido posible para encontrar una solución de mediano plazo que se transforme en una solución a corto plazo.”